martes, 21 de enero de 2020

El Perdón

Muchos de nosotros fuimos educados en la ética cristiana de que el "perdón" blanqueaba todo, es decir que, bastaba con pedir perdón para que todo se resuelva; algunos con el tiempo y la vida aprendimos que muchas veces no alcanza solo con eso y las cosas que se dañan no llegan a sanarse solo con un pedido de disculpas.
De todos modos, aunque sea un mínimo alivio, es algo que nunca está de más y parecemos haberlo olvidado.

Nadie esta exento de cometer errores o realizar acciones que no son las adecuadas y, muchas veces, estas faltas que cometemos causan daños en otras personas, esos daños a veces pueden ser muy graves y, seguramente, no alcanzará con pedir perdón para resolverlo pero eso no quita que no haya que hacerlo igual.

Debemos dejar de ver al perdón como algo que nos quita la culpa de encima, uno no debe disculparse para sentirse mejor o para lograr la indulgencia por las faltas cometidas; el pedido de perdón es algo que le debemos a las víctimas de nuestras faltas, de nuestros errores y "pecados"; no es algo que deba hacernos sentir mejor sino que es para que se sientan mejor quienes han sufrido daños por nuestras acciones y es lo mínimo que les debemos después de haberlos afectado con nuestro comportamiento; repito: NO NOS EXCULPA pero es un gesto humanitario hacia las víctimas de nuestros actos.

Deberíamos dejar de ver el pedido de disculpas como una debilidad y considerarlo como la fortaleza de un espíritu que acepta la culpa por la falta cometida y está dispuesto a intentar aliviar el daño sufrido por la/s víctima/s.

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