martes, 28 de enero de 2020

La Suerte

Tanto por lo bueno como por lo malo siempre hablamos de la suerte, "tuve mucha suerte" o "tuve mala suerte" son frases que decimos o escuchamos cotidianamente. Hay quienes ponen en el azar su destino e intentan descubrir como se comportará a través de distintos métodos de adivinación o bien tratan de influir en el azar encomendándose a santos, cábalas y otros métodos.

También es frecuente encontrar en publicaciones de auto ayuda frases de personas que han triunfado en la vida explicando como han provocado que la suerte les sonría desconfiando absolutamente del azar y jactándose de su buena fortuna "auto provocada".

Una vez vi una película en la que un grupo de cuatro o cinco personas que habían muerto se encuentran en una casa y se les explica que uno de ellos tendrá la oportunidad de revivir. La película transcurre mientras cada uno cuenta y analiza su vida y la forma en que murió y porqué debería revivir, cada uno de ellos explica las causas pendientes que tiene. Recuerdo especialmente a uno (no fue el que se ganó el boleto para seguir viviendo) que sostenía que todavía no había podido hacer el negocio de su vida, que nunca había tenido una oportunidad de hacer fortuna. El encargado de escuchar la historia le muestra un episodio de la vida en el que le ofrecen, en la década de los 70, acciones de una empresa nueva... ¡Apple! y el las rechaza para invertir sus ahorros en unos relojes sumergibles. Recuerdo esa escena porque me parece que explica, en cierto modo, porque hay quienes hacen fortuna y quienes deambulan toda la vida intentándolo sin éxito. El tema es, quizás, no solo que la oportunidad pase a tu lado si no el hecho de saber aprovecharla. Fontanarrosa contaba que él trabajaba todo el día y con eso intentaba que la inspiración lo encuentre trabajando; es muy difícil aprovechar las buenas ideas o la inspiración si no se está en condiciones de concretarla de convertirla en un proyecto.
Gente, la suerte existe pero si gano la lotería y no se en que invertir mi dinero, lo más probable es que lo termine malgastando y, a la larga, vuelva a tener lo mismo que tenía antes de ganarla; debo imaginar constantemente proyectos en los cuales invertir mis recursos (trabajo, tiempo, dinero, etc.) para poder aprovechar lo que la suerte me depare y no intentar culpar de mis triunfos o mis desgracias a la suerte, Dios o como quiera que se llame todo aquello que aparece sin esfuerzo.

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